Anoche me la pase llorando… al recordar todo lo que era mi vida antes, lo casi perfecta que era.
Al leer un párrafo escrito de ti sentí como poco a poco mi corazón se hacia mas pequeño y el dolor llegaba rápidamente a mis ojos convirtiéndolo en lagrimas… en lagrimas de miel.
No lloro por amargura, no, nunca jamás.
Las princesas no somos así. Las princesas lloramos lágrimas dulces. Nunca nada fue malo, nunca hubo dolor ni decepción, odio ni rencor, siempre existió el cariño y la comprensión, el apoyo y el corazón.
El final fue inesperado.
Cómo es que esto pasó… todo fue tan rápido, creo que es un sueño del que no puedo despertar. ¿Por qué nunca dices nada? , acaso no quieres saber que pienso yo de todo esto.
Me asfixia tanto orgullo.
Siempre existirá la indiferencia, de eso estoy segura. De ti solo me separan tres puntos suspensivos y una platica sin terminar.
Y las lágrimas dulces seguirán hasta que de ti me separe una vida entera y un recuerdo sin querer jamás recordar.